El counseling, traducido por consultoría psicológica, es un proceso de intervención psicológica bien establecido, estructurado y efectivo que ayuda a la gente a tratar problemas emocionales, interpersonales y de toma de decisiones. Como psicólogo consultor, te animo a que sigas leyendo…
La consultoría psicológica va ganando popularidad día a día y es un procedimiento psicológico con resultados excelentes, posiblemente una de las mejores opciones en relación coste/beneficio en cuanto a intervenciones psicológicas se refiere.

No es intervención en crisis de urgencia. La intervención psicológica de urgencia se pone en marcha cuando el consultante presenta un problema en fase aguda y el objetivo es reducir esta fase en un tiempo mínimo, conteniendo un desborde emocional que puede llevar a la persona al colapso y a la explosión (pudiendo dirigirse hacia acciones como el suicido, el internamiento en unidades de salud mental…). La consultoría ataja situaciones como las que expuse en el artículo de Crisis personales, donde el bienestar está muy dañado, pero donde la vida humana no pende de un hilo.
No es una técnica que intente hacer que la gente “sea feliz”, sino que cada persona recobre su energía, autonomía y se restaure, para que elija vivir como desee: de forma tranquila o animada, con muchas relaciones sociales o menos, centrada en muchos o en pocos objetivos… la meta es que cada persona viva la vida que elija vivir.

Una de sus características más potentes es que es breve: se intenta no enseñar recursos nuevos (o enseñar solo los necesarios) a la persona y sí se busca redireccionar la situación, optimizando las habilidades que la persona ya tiene, haciendo que las use de forma útil. En nuestro caso, con el objetivo de recobrar el control de la propia vida. La brevedad se ciñe de 1 a 4 sesiones habitualmente: evaluación e intervención psicológica, trabajando codo con codo psicólogo y cliente, ocurren a la vez y no nos centraremos en situaciones pasadas, sino en actuar de cara al presente y futuro.
Se llama “conductual” porque basa su funcionamiento en principios de la modificación de conducta. No se centra en explorar el pasado como proponen terapias de corte psicoanalítico, tampoco en provocar una respuesta que salve mecanismos de defensa como trabaja la Gestalt de Perls, y no busca la relajación ni la meditación propia del mindfulness.
Busca, eso sí, apoyarse en cambios conductuales tanto en lo que hacemos como en lo que pensamos, atendiendo a nuestras fortalezas y a lo que en otras ocasiones nos ha sido provechoso para salvar situaciones críticas.

La consultoría psicológica, al emplear estrategias cognitivas y conductuales, hace que su respaldo científico y la efectividad alcancen los máximos niveles, resultando muy superior a la farmacología (puedes leer mis artículos sobre Ansiolíticos, parte 1 y parte 2) en decenas de estudios controlados, y gracias a su componente cognitivo y conductual es aconsejada como la actuación recomendada por instituciones como el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica en Reino Unido (NICE) o la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH).
La consultoría no es psicología clínica, ya que en el tratamiento no cura una enfermedad, sino que se trabaja una situación problemática. Se emplea para superar momentos de gran estrés, agotamiento, duelo o conflictos, y no para tratar trastornos como la esquizofrenia o la anorexia nerviosa: no trata a pacientes sino a personas que sufren.
La consultoría psicológica busca comprender el problema de forma empática, analizándolo según su topología (causa y consecuencias, metas y obstáculos), activando estrategias instruccionales y estableciendo propuestas de cambio, con acción. No vale solo hablar, hay que actuar desde el primer momento con objetivos temporales. Se trabaja de forma efectiva la toma de decisiones útil y se potencian las habilidades de autocontrol que permiten alterar la conducta y dirigirla hacia lo que es relevante. Evaluación e intervención psicológica, codo con codo psicólogo y cliente, ocurren a la vez.
Si quieres saber más sobre esto puedes pasarte por mi sección de contacto y preguntarme o por el despacho en Calle San Isidro 55, en el centro de Granada, o consultar la obra de Thoresen, Krumboltz, Froján Parga o del profesor don E. Manuel García Pérez, uno de los mejores divulgadores de la consultoría psicológica en España. Con total seguridad que ganará peso con el paso de los años, especialmente al oponerse a tratamientos muy largos que pueden generar dependencia del psicólogo, intentando que el cliente gane autonomía en poco tiempo.