Los psicólogos, además de evaluar el sueño y proponer cambios en la conducta para mejorar el descanso, estudiamos qué ayuda y qué dificulta dormir. Si quieres leer algunos consejos para dormir mejor puedes leer El sueño, parte 3. Hay alimentos y compuestos químicos que estimulan y evitan el sueño. Millones de personas consumimos cada día café, té, chocolate… Aquí explico de forma sencilla la acción del café, las anfetaminas y el modafinilo:

CAFÉ
Uno de los excitantes más célebres es la cafeína. Suele mostrar sus efectos en la mayoría de animales incluso a dosis bajas, estimulando el sistema nervioso central. El café pertenece a la familia de las metilxantinas que incluye:
- Cafeína y café
- Teína y té
- Mateína y mate
- Teobromina y cacao
- Incluso existe la cafeína sintética artificial
La cafeína es absorbida por el estómago, el intestino delgado y el grueso y su acción se produce gracias a la adenosina, un compuesto que provoca que la dopamina de nuestro cerebro circule y se libere, potenciando su acción… que puede ir de saludable hasta asociada a problemas de movimiento y adicción.
Los niveles de cafeína varían desde los 10 mg de un chocolate flojillo hasta los 200 mg de un supercafé. Los efectos son más duraderos en niños y embarazadas. Las diferencias individuales son inmensas en lo que respecta a su potencia: a unas personas les afecta más que a otras.

ANFETAMINAS y otros
Voy a seguir con los estimulantes de corte anfetamínico. El metilfenidato es recetado en niños “diagnosticados” de TDAH, con efectos secundarios notables y una guerra entre farmacéuticas a favor de la medicalización en niños y profesionales en contra de tratar conductas desorganizadas como si fueran enfermedades mentales. Si esta medicación fuera plenamente exitosa, no habría inconveniente en recetarla siempre y problemas, ya sean TDAH, depresión, ansiedad… habrían pasado a la historia como la viruela. Como curiosidad se puede decir que laboratorios como Johnson and Johnson, Pfizer o Novartis gastan aproximadamente el doble de su capital en marketing en comparación con investigación. El metilfenidato incluye como efectos no deseados náuseas, dolores de estómago, movimientos incontrolables de diferentes partes del cuerpo, alteraciones del apetito y peso, depresión o problemas dermatológicos… de ahí que su uso en niños sea muy controvertido.
Otros compuestos de ese tipo son las anfetaminas, drogas consumidas de forma recreativa o alteradas para elaborar fármacos, por ejemplo anestésicos. Potencian los niveles de dopamina, como el café, pero a niveles siderales, pudiendo llegar a generar alucinaciones. También aumentan los niveles de noradrenalina, que pone el sistema circulatorio a mil. Además pueden provocar problemas de memoria, del estado de ánimo, hay correlación con mayores niveles de suicidio y en general bastantes efectos secundarios negativos.
MODAFINILO
Modafinilo, otro popular estimulante del sistema nervioso. No se conoce bien cómo funciona aunque parece que también provoca la liberación de dopamina, noradrenalina, serotonina y estimula también la acción del glutamato sobre GABA (puedes leer Ansiolíticos parte 1 y parte 2 para saber más del glutamato y GABA) y hormonas llamadas orexinas, que promueven la vigilia. Se receta a personas con narcolepsia.
Tiene diferentes efectos secundarios de mayor o menor gravedad según la persona, asociados a alteraciones cardíacas.
Un comentario en “El sueño, parte 4: De la cafeína a las anfetaminas”