Prácticamente todo el mundo ha tenido, tiene o tendrá problemas para dormir. La vida que llevamos influye en nuestro descanso, y la mayoría de problemas del sueño son fruto de nuestros horarios, relaciones personales, alimentación, costumbres, ejercicio…
La medicación para dormir favorece el sueño pero genera una alta dependencia, y la ansiedad y el miedo a no dormir cuando se deja de tomar hacen que se desaconseje su consumo siempre que sea posible. Además, la tolerancia implica que la dosis tenga que ser cada vez mayor para hacer el mismo efecto y esto es problemático.

Yo fui un adolescente con problemas de sueño, pero a día de hoy puedo beber café después de cenar y dormir sin problemas. Es importante que cada persona valore cómo le afectan los excitantes y los consuma de forma razonable: cacao, café, té, refrescos energéticos… aquí explico en mayor detalle la acción de la cafeína y otros excitantes: El sueño, parte 4.
Cenar varias horas antes de dormir facilita el descanso, pero dormir con hambre genera sueño intranquilo y mantiene al cerebro concentrado (como animales que buscamos sobrevivir) en conseguir comida.
El alcohol da sopor y ayuda a dar una cabezada pero suprime fases de Sueño Profundo y al necesitarse horas para metabolizarlo, descansamos peor si la cena lo incluye.
Siempre ha existido gran controversia sobre si el sueño perdido se recupera. Los psicólogos, en laboratorios del sueño, han analizado la evolución de las fases y se observa que si se duerme poco, el sueño se vuelve “más eficiente”, es decir, si dormimos poco suele aumentar la duración de las fases de Sueño Profundo, donde más se descansa. Hay muchos estudios sobre esto (Berbély et al, 1981; De Gennaro, Ferrara y Bertini, 2000…) y podemos deducir que no hay que agobiarse si durante un tiempo se vive una racha con menos horas de sueño. El sistema nervioso humano es una máquina precisa y tiene recursos para ayudarnos a sobrepasar dificultades temporales.
Esta acomodación del sueño a las circunstancias hace casi imposible calcular cuántas horas óptimas debe dormir una persona. Lo que sí puedo decir es que dormir de forma regular, con horarios fijos, facilita el sueño. Un fin de semana de trasnoche altera este ciclo y lleva tiempo volver a restablecer una rutina. Si tienes problemas para dormir, intenta ser regular al irte a la cama.
Los psicólogos disponemos de herramientas para evaluar el sueño y programas de intervención para dormir mejor.
Este es el tercer artículo sobre sueño. Puedes leer también: El sueño, parte 1: Arquitectura del sueño y El sueño, parte 2: El reloj del sueño.
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