Los hombres no están hechos para trabajar con la precisión de los instrumentos, para ser exactos y perfectos en todas sus acciones.
John Ruskin, Las piedras de Venecia (1851-1853)
Hace unos años la empresa Yahoo iba de mal en peor. Arrasada por Google en occidente, resistió como pudo siendo el navegador principal solo en un país: Japón. Marissa Mayer fue contratada como CEO para cambiar su suerte y, entre otras decisiones, acabó con el teletrabajo de la plantilla. Impuso su política y obligó a acudir a oficina sí o sí. En 2017 dejó Yahoo y sigue siendo una empresaria influyente y, por supuesto, multimillonaria. ¿Su decisión fue útil?

El mundo no deja de cambiar y con la pandemia muchas cosas se han acelerado, como el teletrabajo. Ir a una oficina conlleva ventajas y desventajas: económicas, de tiempo, sociales, medioambientales… El teletrabajo ha supuesto un cambio en la forma de trabajar, una adaptación, deseada u odiada en grado variable según cada persona.
La vida doméstica
Ahora se puede mezclar el trabajo y la vida hogareña. El teletrabajo debería permitir adaptar el horario a un estilo de vida de forma más flexible: ahorrar tiempo en desplazamientos, en vestirse de forma formal… debe facilitar el poder dormir más (somos un país con muy malos horarios) y poder dedicar mayor tiempo al trabajo doméstico (que no deja de ser una forma de ayudar a sentirnos mejor en casa y es una actividad que nos aleja del sedentarismo). Un riesgo es la sobrecarga que arrastra tradicionalmente la mujer trabajadora y que requiere/exige corresponsabilidad.

Las viviendas pueden necesitar de inversiones: enfriarlas o calentarlas, ventanas que aíslen del ruido, espacios para trabajar sin ser molestados o una decoración agradable se vuelven necesidades trabajando en casa. Cada persona se ha visto en una u otra tesitura. En contextos rurales el espacio no falta, pero en ciudades como Granada cada metro cuadrado es oro. Está en manos de cada economía poder adecuar el espacio: hay que pensar en una de las eternas guerras personales que la Psicología ayuda a resolver, el corto plazo frente al medio plazo y al largo plazo. ¿Me interesa pagar 500 euros por un aparato de aire eficiente y no morir de calor, o cojo ese dinero y me voy unos días a Cabo de Gata a tomar el sol y nadar?
Esto hay que analizarlo con serenidad, teniendo en cuenta que como seres humanos nuestra capacidad de adaptación a espacios, climas y condiciones diversas está asegurada y toda la vida hemos vivido resistiendo el calor y el frío lo mejor que hemos podido, pero la tecnología tan increíble que tenemos es un lujo con el que soñarían personas de otros tiempos y tiene que jugar a nuestro favor.
La planificación
A nivel psicológico, poder planificar con cierta antelación genera sensación de control y correlaciona con mejor salud. El teletrabajo ha facilitado la planificación, el uso de agendas y un control que muchas empresas aplican de forma excesiva a modo de vigilancia, pudiendo crear estrés laboral (hablé aquí de esto).
Trabajar de forma autónoma y poder tomar decisiones una vez interiorizado el funcionamiento, con asistencia (si se necesita) ha mostrado ser un camino más rentable que tener al jefe siempre encima, pero esto suele requerir formación de calidad, procesos muy bien descritos y que alguien supervise el trabajo y esté disponible para resolver situaciones y dudas, y todas las empresas no disponen de este perfil. Es un buen momento, aprovechando la aparición del teletrabajo, para preguntar en la oficina, redefinir roles, asegurarse de saber a quién acudir cuando se presenten problemas (el ordenador roto, internet caído, etc.). A mayor autonomía, mejor rendimiento.

Las relaciones personales
El apoyo social de los compañeros se debilita inmensamente con el teletrabajo. A día de hoy esto supone un palo para muchas personas que necesitan de contacto constante. Esto puede animar a comenzar a implicarnos en actividades y planificar de forma más rica el tiempo libre. Para las nuevas generaciones, acostumbradas a comunicarse muchísimas veces sin contacto físico, su adaptación es automática a la no presencialidad de los compañeros.
Se pierde mucho feedback con el teletrabajo, pero se fomenta la proactividad. Lamentablemente a veces hay que tomar decisiones en solitario que pueden conllevar riesgos y eso genera mucha tensión en la persona, pero el aprendizaje de un trabajo más autónomo hace que se madure rápido.
La comunicación humana
El uso del lenguaje es otro punto delicado, como expliqué aquí. La comunicación humana es sumamente variada y a través del lenguaje oral esto se exagera. El humor puede no entenderse cuando se lee una frase que hablada denotaría lo divertido por la entonación y el rostro. Un mensaje oral acompañado de un gesto que explica o matiza ya no es posible con el teletrabajo (salvo que se tenga la cámara todo el tiempo puesta) y hay personas que son escuetas en su expresión y otras que son muy habladoras. La efectividad al comunicar es requisito básico, lo expliqué aquí. Esto exige mucha mano izquierda, sopesar bien qué ha querido decir cada persona entendiendo su situación concreta, tener muy presente cómo suele comunicarse históricamente (en ocasiones anteriores) y, por supuesto, flexibilidad y tolerancia.
Algunas medidas a tener en cuenta
- Fomentar la participación en todos los ámbitos del trabajo: Intentar que todo el mundo hable; dar explicaciones más detalladas en caso de que se hagan solo de forma escrita; animar al uso de la cámara; crear agendas compartidas…
- Favorecer y facilitar el trabajo de mandos intermedios, principales responsables de la comunicación vertical (entre cargos altos y puestos más bajos). Los mandos intermedios suelen ser receptores de quejas y los principales generadores de feedback.
- Uso de mecanismos de verificación: el trabajo tiene que amoldarse a una nueva forma de supervisión. La empresa quizá debe invertir en tecnología que le permita medir la conexión de los trabajadores y hacer un seguimiento que evite la sospecha. Estas medidas a su vez deben facilitar el apoyo percibido en el trabajador.
- La estabilidad psicológica que se deriva de la estabilidad laboral es el mejor aliado de la salud. Mecanismos para reforzar el trabajo cuando aumenten las demandas, equidad a la hora de elegir fechas en vacaciones o solidaridad ante imprevistos personales mejoran el bienestar. Tener claras las opciones para alcanzar un puesto fijo o cómo se puede ascender ayuda mucho.
Saludos cordiales desde Granada.