La Psicología es la ciencia que estudia la conducta humana. Esto implica analizar e intervenir en problemas de pérdida de calidad de vida, en relaciones interpersonales, del contexto laboral… y también en otras áreas menos conocidas como la movilidad humana.
Estudios muy variados de psicología (Arias, A. V. et al., 2012) refieren que los conductores exageran su parecido con otros conductores, con lo que eso conlleva. Por ejemplo, alguien que circule a 145 km/h por la autovía, generalmente puede pensar que lo que él hace es frecuente y que muchos conductores circulan de igual modo (cuando la realidad indica que son minoría). Curiosamente muchos estudios han mostrado que igualmente nos consideramos únicos y, por ejemplo, el conductor que marcha a 145 km/h llega a pensar que su habilidad al volante es superior, diferente a las habilidades más pobres de otros conductores (esto suele ser igualmente un error de pensamiento, un sesgo cognitivo como decimos lo psicólogos).

La actitud puede determinar nuestra forma de conducir, se podría decir que lo hace la mayor parte del tiempo. La actitud es el conjunto de creencias que una persona tiene acerca de que sus acciones la llevarán a resultados determinados. Quien conduce puede tener una actitud (medible de forma psicométrica) en relación con respetar más o menos las normas de circulación o una actitud ante la probabilidad de sufrir un accidente conduciendo de determinada forma. Las actitudes que una persona muestra junto a las normas sociales que rigen la conducción dan como resultado una conducta particular al volante, única en cada persona.
actitud + normas = conducta al volante
Se puede concluir que la percepción de riesgo y la de habilidad es algo increíblemente subjetivo y la subjetividad es incompatible cuando la actividad no es individual (ya que conducir no depende solo de nosotros sino de todos los que compartimos carretera). Hace falta tener muy presente que no todos los conductores hacen lo mismo que nosotros, y que nuestras habilidades no tienen por qué ser mejores que las de otras personas al volante.

Los psicólogos desde hace muchos años estudian el comportamiento de las personas al volante. En parte motivados por grandes accidentes de tráfico que han supuesto un antes y un después en la conducción (como el incendio de 53 horas que ocasionó 39 víctimas en el túnel Mont-Blanc en 1999 o los que semanalmente aparecen en televisión, muchos asociados al consumo de alcohol y drogas). La investigación para la prevención recurre a la Psicología social, de la percepción y de la atención para analizar el comportamiento de los conductores.
Saludos cordiales a todos los conductores y acompañantes.
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