Todos los seres vivos nos comunicamos de una u otra forma. La comunicación humana es algo increíblemente complejo, para muchos expertos en inteligencia artificial, psicología del lenguaje o matemáticas (y, por supuesto, logopedia) es una de las facultades más complicadas de estudiar y replicar: todavía no se ha conseguido hacer que el ordenador más potente del mundo ejecute medianamente bien órdenes como: cuéntame un chiste, háblame de forma sarcástica o hazme un resumen divertido.

La velocidad a la que las conexiones cerebrales humanas se desarrollan y consolidan al aprender un lenguaje es algo que va de la mano con el uso intuitivo que hacemos de él.
Entender la conducta humana es estudiar cómo nos comunicamos. Watzlawick, psicólogo y filósofo, ya decía que era imposible no comunicar.
La interacción humana permite que nos comuniquemos y así poder satisfacer necesidades. Silencio, palabras, gestos, movimientos… todos transmiten información. Los receptores siempre están “escuchando”, ya sea con los oídos o con la vista. Afirmaba que la comunicación siempre tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional.
El contenido es lo que decimos. Lo relacional es implícito y da información acerca de cómo debe entenderse lo dicho.
- Podemos transmitir desacuerdo en el contenido pero mantener una buena relación.
- Podemos transmitir acuerdo en el contenido, pero una mala relación.
- Podemos transmitir desacuerdo en el contenido y en la relación.
- Podemos dudar del contenido, de las ideas y percepciones que tenemos, para no poder en peligro una relación.
Nos comunicamos de forma digital y analógica.
- A nivel digital empleamos palabras y conceptos verbales.
- A nivel analógico empleamos un tono de voz, gestos, movimientos… no verbales.
El contenido se suele transmitir de forma digital y lo relacional de forma analógica. Hay que combinarlos para transmitir un mensaje coherente o intencional.
A día de hoy incluso hemos tenido que aprender a transmitir información con una mascarilla en la cara, sin ver el gesto de la boca e interpretando el tono de voz y la mirada. La psicología incluye entre sus disciplinas la psicología del lenguaje y es parte de su trabajo entrenar al cliente en modos de comunicación efectivos.
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