La palabra “rol” es muy usada en psicología social. Linton (Doron y Parot, 2008) la definen como un conjunto de acciones que un grupo o una sociedad espera de un individuo en función de su estatus.
De forma práctica podemos decir que “ser padre” es el rol formal que desempeña un hombre con hijos y que suele conllevar acciones como el cuidado de estos, su supervisión y educación; otros roles pueden ser más informales, por ejemplo un trabajador imprescindible en su equipo de trabajo que además soluciona problemas, aumenta el rendimiento de sus compañeros y los ayuda en el día a día, desempeña el rol de “líder”.
Vemos que hay roles más oficiales o formales, y otros más informales.
Kantor y Lehr (1975) establecieron 4 roles que son muy empleados en situaciones determinadas, ya que reflejan muy bien el comportamiento humano. El acoso escolar o el trabajo en equipo pueden ser por ejemplo analizados desde este punto de vista.
- El iniciador: moviliza acciones, buenas o malas.
Un chico puede agredir constantemente a otro chico como única forma de sentirse respetado si en su casa es ninguneado y humillado por sus padres; una chica puede tener iniciativas constantes en su equipo de trabajo e incitar a sus compañeros a la innovación. El iniciador marca una dirección y una dinámica.
- El opositor: su papel es reactivo. Bloquea la iniciativa del iniciador y redefine la situación. Su papel puede ser igualmente positivo o negativo.
En el caso del chico agresor, un opositor respetado en el colegio que se enfrente al abusón puede frenar su conducta en seco y aliviar el sufrimiento del chaval agredido; en el caso de la chica, un jefe que constantemente cuestione sus ideas e iniciativas puede desalentarla y sumir al equipo de trabajo en una dinámica de sumisión.
Se puede ser opositor pasivo y estar en desacuerdo con que un compañero de clase ataque a otro, pero no hacer nada para impedirlo; o en el caso de la chica, un opositor constructivo puede reorientar su iniciativa hacia aspectos relevantes para mejorar su propuesta empresarial y hacerla viable.
- El seguidor: su papel es imprescindible para mantener al iniciador y respaldarlo, o bien derrocarlo y encumbrar al opositor.
El seguidor es el chico que anima al agresor y le ríe la humillación al compañero de clase, o bien puede ser seguidor del chico que se opone a la agresión y suma en la defensa del compañero, creando un escudo social. En el trabajo, la chica puede encontrar compañeros que respalden su iniciativa u otros que sigan sin cuestionarse los dictados del superior.
- El espectador: mira pero sin involucrarse. Puede dar el paso y volverse seguidor, o bien mediar en la acción o desentenderse en esta situación y ser iniciador de algo nuevo en otro contexto.
No participa, siendo en el caso del chico agredido alguien curioso que observa la acción sin darle importancia, y en el contexto laboral, alguien que observa como una chica hace propuestas que son más o menos aceptadas o rechazadas. Desde su punto de vista externo, el espectador puede ayudar al ofrecer un punto de vista objetivo, por ejemplo relatando al profesor lo sucedido o teniendo una visión global del funcionamiento de la empresa.