La asertividad es la expresión de lo que uno siente y piensa con libertad, sin sentirse cohibido y sin intención de manipular a los demás. La asertividad es una habilidad social y, como tal, se aprende y se entrena.
Ser capaz de defender una opinión, un deseo o una convicción, reclamar y pelear por una necesidad, creer en uno mismo y expresarse de forma directa y sincera pero sin herir al otro es ser asertivo. No se trata de imponerse sino de reafirmarse. Es frecuente que muchas personas se sientan cohibidas y muestren dificultades para expresarse.

La asertividad es el término equilibrado y medio entre la pasividad y la agresividad. Una persona asertiva es más feliz y tiene menos problemas interpersonales.
Para comprender la asertividad hay que entender que las personas tenemos unos derechos (que reivindicar con frecuencia):
- Derecho a que nos traten con respeto.
- Derecho a equivocarnos.
- Derecho a decidir qué hacer.
- Derecho a ser responsables de nuestros errores.
- Derecho a cambiar de opinión.
- Derecho a dar nuestra opinión.
- Derecho a quejarnos y protestar.
- Derecho a expresar dolor.
- Derecho a expresar qué sentimos.
- Derecho a experimentar y crecer.
- Derecho a rechazar peticiones sin sentirnos culpables.
- Derecho a no sentirnos responsables de los problemas de los demás.
- Derecho a no tener que anticipar las necesidades y deseos de los demás.
- Derecho a no responder.
- Derecho a estar solos.