3 películas (excelentes) sobre Psicología

La Psicología es la ciencia que estudia (y ayuda a modificar) la conducta humana. Hoy quiero hablar de 3 filmes que se podrían proyectar en una Facultad de Psicología para entender mejor alguna parte del temario como complemento a las explicaciones de los manuales y profesores. Muchos cinéfilos ya conocerán estas obras (quizá Hombre mirando… haya pasado más desapercibida) pero siempre es bueno volver a ellas intentando dar otra vuelta de tuerca a las premisas que presentan.

Inteligencia Artificial
  • Inteligencia Artificial (A. I.), 2001

El protagonista de la película es un niño robot que después de vivir con una familia emprende un viaje en busca de respuestas, ayudado por otro cíborg especializado en dar placer físico… Fabricados para satisfacer deseos humanos (la paternidad y maternidad y el disfrute sexual), su supervivencia los obligará a dejar a un lado su función industrial.

La primera obra está entre mis películas favoritas. Aborda interrogantes de la psicología cognitiva (área psicológica que estudia los procesos mentales como el pensamiento, la memoria y la percepción de estímulos) pero también de la psicología social (problemas familiares y socioeconómicos, como la discriminación o las migraciones…)

Vivimos en un mundo donde los países menos desarrollados a nivel económico tienen familias numerosas, y la pobreza y mortalidad infantil son la norma; por otro lado, los países más ricos tienen una natalidad muy mermada, mantienen población gracias a las migraciones, sus jóvenes tienen grandes dificultades para poder vivir con autonomía económica y defienden un estilo de vida donde en muchos casos tener hijos ya no es algo esencial… Con la película se plantean preguntas como estas: ¿Tener hijos es un acto mayor de generosidad o querer hijos -a toda costa- es un acto de egoísmo? ¿Por qué personas que son diferentes a la mayoría (me da igual si es por raza, idioma, aspecto…) son tratadas de forma despectiva, aisladas o perseguidas por personas que pueden tratar con respeto y amabilidad a sus iguales? También ayuda a formular cuestiones de corte cibernético: ¿Se pueden crear robots con sentimientos? ¿Tiene sentido hacerlo? ¿Si creamos imitaciones de personas, a nuestro gusto, seguiremos en contacto con otros humanos o nos aislaremos aún más? Estas últimas cuestiones producen interés acerca de la propia inteligencia artificial, una de las áreas de estudio de la Filosofía, Ingeniería, Matemática… y de la misma Psicología que desde las propuestas de Shannon, Weaver, Miller o Turing entiende de una forma más completa la conducta humana.

Inteligencia Artificial se relaciona con Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi (1881) y enfrenta en un guion absolutamente original problemas de nuestra época. Se estrenó en 2001 y Spielberg pudo desarrollar una historia que Stanley Kubrick había tenido en mente muchos años, pero que no quiso rodar porque la tecnología de su época no era suficiente para presentar robots creíbles. Hablando de Kubrick…

La naranja mecánica
  • La naranja mecánica (A Clockwork Orange), 1971

La Psicología aplicada -la que quiere provocar cambios efectivos en la conducta- triunfó a lo largo del siglo XX (puedes leer sobre esto aquí), superando a la medicina psiquiátrica que empleaba el psicoanálisis como herramienta. La medicina psiquiátrica se reinventó a sí misma con la aparición de los psicofármacos desde los años 60 (puedes saber más aquí) y hoy en día conviven ambas ciencias. Volviendo a la Psicología… su avance vino de la mano de algunos de los fundadores de la disciplina, como Watson o Pávlov.

J. B. Watson puso en práctica un experimento en 1920 que a día de hoy puede parecer algo simple, hizo que un niño sintiera miedo (una emoción con cambios comportamentales asociados) al contemplar objetos blancos con textura peluda (una manta, una barba postiza, un conejo…) asociando objetos con ruido fuerte. En un mundo donde el funcionamiento cerebral y el porqué de la conducta era todavía más desconocido que a día de hoy, Watson manipuló ambientalmente objetos para modificar la respuesta de una persona, poniendo de manifiesto que lo que hacemos es algo que se aprende, algo modificable. Demostró así que la conducta humana no es algo fijo, dependiente exclusivamente de nuestro cerebro o genes. Ivan Pávlov provocó algo parecido en perros que salivaban al escuchar un sonido, emparejando en este caso la respuesta fisiológica del organismo a estímulos ambientales, desarrollando la teoría de los condicionamientos.

Hubo otros psicólogos que ayudaron a sentar las bases de las Leyes del Aprendizaje (no educativo, sino conductual) y que fueron pioneros en lo que se llamó Psicología Conductista, sobre la que pivota toda la Psicología que ha venido después, científica, universitaria y efectiva.

La naranja mecánica refleja esta corriente conductista, tremendamente popular desde que estos psicólogos alcanzaron fama y reconocimiento. Adaptando el maravilloso libro (1962) de Anthony Burgess, Stanley Kubrick creó un mundo futuro distópico donde jóvenes malcriados se dedican a mezclar hedonismo y violencia para pasar el rato y describió cómo sus gobernantes recurrían a métodos extremos de psicología conductista para intentar frenar y controlar esta problemática.

Hombre mirando al sudeste
  • Hombre mirando al sudeste, 1986

Hombre mirando al sudeste es una hermosísima película argentina de 1986. Eliseo Subiela dio forma a un guion muy original que posteriormente fue plagiado de forma descarada (K-Pax, filme norteamericano de 2001) y dirigió con elegancia y sobriedad esta historia. Explora el papel de la salud mental actual (medicalización masiva, categorización como enfermos a diestro y siniestro, patologías diagnósticas para todo el que se aparte de la masa social…) y cómo la sociedad rechaza a personas que son diferentes, incluso por ser excepcionales. Es decir, se pone de manifiesto como el diagnosticar se antepone a conocer el porqué real científico del problema y esto hace que la ayuda necesaria no llegue de forma correcta.

En un centro de salud mental (un manicomio de toda la vida) un día aparece un paciente desconocido, Rantés. Al ser interrogado por el psiquiatra refiere haber llegado de otro mundo, una civilización superior. El médico psiquiatra, que inicia la película diciendo que las personas que llegan a su centro son despersonalizadas y terminan siendo «la sombra de un ser vivo», no cree la historia de Rantés, pero aun así intentará comprenderlo para ayudarlo, ya que Rantés es muy inteligente y suscita su interés.

El guion incluye perlas como esta:

Psiquiatra: ¿Por qué no se deja de joder? Lo voy a ayudar, de verdad que lo voy a ayudar. Yo sé que usted tiene mucho miedo, que le da terror reconocerse simplemente como un hombre, como un hombre enfermo. Pero no se preocupe, no lo voy a abandonar. Si usted me ayuda puedo curarlo. Si usted es un gran tipo, Rantés, es una pena…

Rantés: Usted también es un buen tipo, doctor, pero no es feliz. Y lo que más me preocupa es que creo que lo sabe y no le importa. ¿Por qué los seres humanos parecen resignarse a tantas cosas que los están destruyendo? ¿Por qué hacen tan poco por modificar esas cosas? ¿Se están suicidando por estúpidos, o están pagando culpas? […] ¿Por qué quiere curarme? ¿Puede darme un motivo serio que podamos discutir ahora los dos?

Psiquiatra: Rantés, si usted no es un chiflado yo tendría que admitir que realmente es un extraterrestre. ¿Sabe lo que eso significaría? Que el chiflado soy yo.

Rantés: La naturaleza solo permite un desarrollo muy lento, favorece más fácilmente un cambio de especie que un cambio de conciencia. Yo soy más racional que ustedes porque respondo racionalmente a los estímulos: Si alguien sufre, lo consuelo. Alguien me pide ayuda, se la doy. ¿Por qué entonces usted cree que estoy loco? Si alguien me mira, lo miro. Alguien me habla, lo escucho. Ustedes se están volviendo locos de a poco por no reconocer estos estímulos, simplemente por haber ido ignorándolos. Alguien se muere y ustedes lo dejan morir. Alguien pide ayuda y ustedes miran para otro lado. Alguien tiene hambre y ustedes dilapidan lo que tienen. Alguien se muere de tristeza y ustedes lo encierran para no verlo. Alguien que sistemáticamente adopta esas conductas, que camina entre las víctimas como si no estuvieran, podrá vestirse bien, podrá pagar sus impuestos, ir a misa… pero no me va a negar que está enfermo. Su realidad es espantosa, doctor. ¿Por qué no dejan de una vez la hipocresía y buscan la locura de este lado? Y se dejan de perseguir a los tristes; a los pobres de espíritu; a los que no compran, porque no quieren o porque no pueden, toda esa mierda que usted me vendería de muy buena gana, si pudiera, claro.

Con total seguridad seguiré escribiendo sobre cine y psicología, intentando presentar películas interesantes.

Os mando saludos cordiales.

3 comentarios en “3 películas (excelentes) sobre Psicología

  1. Qué interesantes. Soy una cinéfila empedernida, aunque últimamente no me atrae demasiado el cine que se está haciendo. Muchas gracias por compartir. Saludos!!!

    1. Gracias por tu comentario marylia, yo también soy muy aficionado al cine e igualmente vivo la crisis actual con nostalgia (mi década favorita son los 40 y creo que desde Apocalypse Now en el 1979 nada -o casi nada- ha superado esa forma de hacer películas). Saludos cordiales 🙂

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