Hace unos días hice un podcast sobre esta temática, pero hoy desarrollo este artículo… Las personas suelen vivir 3 tipos de situaciones que le dificultan superar sus problemas y aquí es donde la labor de un psicólogo consultor (puedes saber más aquí) es interesante. No hago referencia a problemas concretos, porque hay miles, por ejemplo:
- Confrontación con otras personas
- Desorientación laboral o académica
- Desmotivación y pérdida de ilusión
- Bloqueo
- Crisis (hablé de ellas aquí)
- Ansiedad al no saber qué pasa y qué va a pasar
- Desánimo o sensación de indefensión ante las circunstancias
- Etc.
Las 3 situaciones que hacen que la persona pierda el bienestar y que dificultan superar situaciones delicadas son:
- Falta de habilidades para solucionar el problema
- Estado emocional y anímico no apropiado para solucionarlo
- Error a la hora de entender la naturaleza del problema
Las herramientas que habría que poner en marcha ante esto serían el entrenamiento en habilidades, la gestión del estado emocional y anímico y la comprensión del problema, en un proceso de intervención efectivo.
El último punto es muy interesante porque cada persona vive la vida desde su propia experiencia y situación, su vida es única, y el apropiado enfrentamiento de una situación problemática requiere de una perspectiva más amplia, más allá de lo individual. Como psicólogo consultor especializado en Intervención Social, presto mucha atención a la situación en que se vive, económica, de pareja si la hubiera, familiar, laboral, amistades…, ya que todo ello condiciona la vida de la persona y en muchísimos casos es incluso fuente del propio problema.

Cuando una persona pierde el control, está agobiada y vive una situación de malestar, suele tener una visión limitada individual, quizá una visión compartida con la pareja, algún “mejor amigo o amiga” o familiar de gran confianza.
Es trabajo del psicólogo ofrecerle a la persona nuevos puntos de vista que la resitúen y ofrecer toda la información necesaria para entender la situación; esto no es lo mismo que dar consejos, influir y persuadir de forma directa o indirecta, sino ayudar a entender el mapa para que la persona vea dónde se encuentra y juntos tracen el camino que lleva al lugar deseado.
Yo trabajo, tanto por la posición privilegiada externa como por mi formación, ayudando a ver lo que no se suele ver, y a entenderlo. Esto permite encuadrar a la persona: dónde está, por qué no está bien, hacia donde quiere ir, qué caminos hay.
La psicoeducación es fundamental para trabajar e intervenir; psicoeducación sí, no terapia (terapia se aplica cuando la persona tiene una enfermedad mental). La psicoeducación no hay que entenderla a nivel educativo, como en el colegio o instituto, sino que es una forma de aprender habilidades emocionales, cognitivas o de comportamiento. La vida es un proceso de aprendizaje continuo que requiere que la persona aprenda no solo a manejar lo que le rodea (desde un nuevo sistema operativo en el teléfono al nuevo mando de la tele) sino también a actuar apropiadamente según la situación: quizá el comportamiento es tímido, o acelerado, o no se sabe cómo transmitir la queja, o dar el primer paso para algo, o se siente que no se puede hacer nada, o hay vergüenza y miedo a enfrentar la problemática, etc. El aprendizaje y la psicoeducación son imprescindibles para recuperar el bienestar.