Infidelidad y divorcio: confesarla o no

En nuestro país elegir pareja y comprometerse libremente es algo relativamente reciente. En muchos países todavía las parejas no se establecen gracias a lazos afectivos, al amor, al disfrute mutuo, y lo hacen por motivos religiosos, de conveniencia familiar, por tradición…

La libertad que domina nuestro país a día de hoy se relaciona con las altas tasas de divorcios y la formación de nuevas parejas con independencia de la edad. La infidelidad estuvo presente cuando las personas no podían elegir pareja, y también lo está ahora, donde elegimos con quien compartir nuestra vida.

Discusiones de pareja
Discusiones de pareja

Las parejas que se conforman de acuerdo a la fidelidad se ven muy afectadas cuando la infidelidad aparece. ¿Hay que confesarla o no? La cuestión no tiene una respuesta sencilla, ya que implica una liberación personal que a la vez genera una herida profunda en la otra persona. En un estudio llevado a cabo por Atkins (2005) con parejas que tenían problemas, unas habían sufrido la infidelidad y otras no, y el estudio mostró unos resultados muy interesantes:

  • Los infieles iniciaron el estudio con mayores niveles de estrés que las parejas no infieles.
  • Pero al finalizar el trabajo con el psicólogo, los infieles mostraron unos niveles de satisfacción mayor que los no infieles.

Marín (2015) hizo otro estudio con seguimiento con parejas infieles: unas lo confesaron y otras no. ¿Qué parejas resistieron mejor el paso del tiempo?

  • Los divorcios fueron más altos en las parejas donde se mantuvo el secreto (hasta el 80% de divorcios)
  • Frente a las parejas que lo confesaron (con un 43% de divorcios).

Marín indicó que las parejas con mayor inestabilidad, independientemente de si hubo o no infidelidad, aguantan peor y suelen terminar separadas. Pero las parejas donde se confiesa, si resisten y reenfocan su relación, muestran un gran aumento de la satisfacción de pareja.

La infidelidad no tiene que significar inevitablemente la ruptura final y esto es un soplo de esperanza en muchas relaciones.

Sin embargo todos los estudios marcan un requisito para superar el problema: las relaciones de infidelidad tienen que terminar, y no se debe acudir a un psicólogo en pareja buscando una solución si se mantiene la idea de seguir teniendo relaciones con otras personas. En este caso, idealmente se trabajará con el psicólogo para que la pareja haga piña y en conjunto se pacte la ruptura con la tercera persona, aunque esto sea doloroso, como inicio de una etapa en la pareja que en un tiempo puede unir más y hacer a los miembros conscientes de su alianza.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s