La mediación es una técnica que puede ser desempeñada por psicólogos, de tipo extrajudicial, para resolver conflictos y busca la solución amistosa entre los miembros de la familia o del grupo, especialmente parejas con hijos. Emplea herramientas para generar soluciones originales aceptando que ambas partes pueden resolver sus diferencias sin enfrentar a dos abogados.

A nivel personal se consigue en los implicados un sentimiento de capacidad y confianza.
A nivel familiar las orientaciones que recibe cada parte (por ejemplo, los padres cada miembro de la pareja que quiere divorciarse, o los hermanos), probablemente por un gran deseo de apoyar, suele ser bastante belicosa y diferenciadora entre el ”nosotros“ y el ”ellos“, un punto de acción que no ayuda a ninguna de las dos partes.
Para los hijos es muy beneficioso observar a sus padres resolver sus conflictos de forma amistosa en vez de intentar vencerse. Con una mediación efectiva se reduce el daño que el niño sufre. Entre los acuerdos que se exploran en el despacho están:
- Pautar la autoridad.
- Clarificar las figuras de responsabilidad educativa integral: académica y extraescolar, así como asistencia a reuniones escolares, ética, religiosa, de orientación laboral…
- Control para evitar el uso del hijo como ”portavoz“.
- Definición y exposición de las nuevas figuras que pueden aparecer (hermanastros, parejas de los padres…), lo que hace que el niño viva en una familia extensa y no nuclear.
- Gestión de problemas emocionales y de armonía entre los miembros.
- Toma de decisiones extraordinarias, como cambios de colegio, enfermedades…
- Criterios de convivencia para gestionar el papel de terceros: abuelos, tíos, primos…