Estilos educativos y coches de carreras

La forma de tratar a los hijos ha sido motivo de estudio desde hace décadas en Psicología. Erikson (1963) ya diferenció 2 dimensiones para analizar la actitud del progenitor:

Próximo (con afecto y aprobación)…………….. Distante (indiferente y antipático)

Permisivo (transigente y estimulante)…………….. Restrictivo (limitador y condicionante)

Diana Baumrind ha sido una de las estudiosas más destacadas acerca de la educación y actitudes que se desarrollan en este contexto. Para ella el elemento principal es el grado de control que ejercen los progenitores. En su clasificación habla de padres: autoritarios (con tendencia a imponerse; valoran la obediencia y gustan de limitar los movimientos de los hijos, imponiendo su punto de vista); padres permisivos (no suelen controlar a los hijos y dan a estos un grado muy elevado de poder de decisión, lo que suele manifestarse en autogestión del dinero, horarios de salidas, alimentación…); y padres autorizativos (más conocidos como democráticos: padres situados en un punto intermedio entre los autoritarios y los permisivos).

Indudablemente ningún padre suele ser puramente autoritario o permisivo, y todo depende de las circunstancias, pero queda constatado a lo largo de años de análisis que padres negligentes, padres que no funcionan bien a nivel social, que tienen problemas de adicciones, maltrato o agresividad, hacen que sus hijos tengan muchas más posibilidades que los demás de sufrir problemas de ansiedad, depresión, baja autoestima y en cierto modo, de seguir sus pasos.

La disciplina en contextos militares
La disciplina en contextos militares

Imponer unas normas rígidas y autoritarias es algo muy valorado en ciertos países y aquí lo fue hace años, pero el respeto con obediencia ciega a la autoridad sin una justificación ha mostrado implicaciones negativas: por ser duro e impositivo con el hijo, este no desarrolla un mejor autoconcepto y no se ajusta a nivel social de una forma más apropiada.

Obviamente ser un padre autoritario y tener un hijo obediente conlleva ventajas, pero hay que tener dos cosas en cuenta:

1.- Probablemente el niño, cuando alcance la autonomía al crecer, guste de disfrutar de la misma obediencia por parte de los que le rodean, incluyendo a su pareja, compañeros de estudios o trabajo… y esto puede ser problemático.

2.- Si el niño tiene una forma de ser dócil y maleable, el progenitor estará limitando su desarrollo egoístamente, en vez de estimular su expresión. El niño se puede convertir en alguien sin autonomía, dependiente.

Un estilo educativo permisivo es siempre controvertido. El hijo disfrutará de una libertad que le puede dotar de gran autoconfianza y autoestima, pero también es posible que un acceso precoz a dinero y horarios libres facilite el consumo de sustancias y provoque dificultad a la hora de seguir la disciplina que requiere el estudio y el trabajo.

Unos progenitores autorizativos (democráticos) que demanden a sus hijos acciones y un comportamiento acorde a sus normas pero, que no duden en responder a los problemas y necesidades de estos, desarrollan una convivencia que se asocia a mayores éxitos académicos y personales. Los padres que no imponen sino que orientan y explican, suelen recibir satisfacciones al ver cómo sus hijos interiorizan sus normas a la vez que las cuestionan, ofreciendo su propio punto de vista.

Cada marcha tiene su uso apropiado
Cada marcha tiene su uso apropiado

Un coche tiene habitualmente cinco o seis marchas. Conducir en primera no permite alcanzar mucha velocidad pero la fuerza motriz es elevadísima (un estilo muy autoritario dirige con intensidad, pero no sirve si se mantiene en el tiempo). La quinta o sexta marcha da libertad cuando hay gran velocidad y además el coche consume poco, pero a esa velocidad la carretera tiene que ser buena y cualquier desviación puede ser fatal (un estilo muy libre puede tener consecuencias negativas por la libertad que proporciona). Es mejor conducir adaptándose a la carretera, alternando marchas, llegando al equilibrio donde la primera solo actúe en ocasiones, quinta se meta cuando todo está controlado.

*Para saber más puedes leer a Estévez (2007) y Gracia (2004).

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