Que el menor acuda a la escuela tiene propósitos amplios que van más allá del conocimiento académico que esta proporciona.
A nivel psicológico la escuela es un elemento que obliga al niño a reducir sus lazos de dependencia para con su casa y familia, y lo coloca en nueva nueva situación social.
Por otro lado, su maestro será una figura de autoridad diferente a sus padres, tendrá que aprender a obedecer normas y leyes que él no ha consensuado y que puede desconocer, lo que tiene grandísima relación con su futura vida social cuando alcance autonomía y comience a explorar el mundo.

A nivel cognitivo, debe aprender a disfrutar de hacer bien su trabajo, sentir orgullo por los ejercicios bien hechos, reflexionar sobre el esfuerzo y la constancia, así como la colaboración para alcanzar metas, la competitividad y sus propias limitaciones.
La escuela es posiblemente el primer lugar donde una persona aprende que hay metas a largo plazo que requieren paciencia y constancia sin recibir recompensas inmediatas.
Por último es necesario decir que la escuela constituye uno de los mejores sitios para explorar las relaciones personales y aprender qué es la amistad.